Cyn, no está permitido truequear felicidad sin combustible.
Volcar las calles,
pretender que el mundo se detendrá con un silencio,
tampoco.
Tus chasquidos sin ritmo,
que finjas que nada pasa,
menos.
¿Quieres salvar los días de sol?
Mira estas ventanas que son tu ojos.
Pasadas las lágrimas todo es belleza,
y se puede volver a comenzar.
Obsérvate gritando al viento aquel jueves.
Ahí donde te llamaste demente,
encontraste un lugar donde confiar.
¿Cuándo fue la última vez que escribimos
que nos queríamos morir?
Porque estoy re visitando el archivo,
y aunque me quieras cambiar el tema
las notas al pie son bien claras.
Que siempre hay más fuerza de la calculada.
Y si hoy la debilidad te embriaga,
es a falta de una chispa
que muestre el poder de las flamas
escondidas bajo tus ropas.
Saltar la soga está prohibido,
Soñar despierta también.
Cyn, si lo que tú quieres es combustible…
¿A qué hora iremos por él?
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